Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

lunes, 22 de febrero de 2016

Premonición


En el sueño no se sorprendió al verse con una imponente rubia que vestía un ajustado traje de licra roja. Hacían el amor hasta que la insoportable excitación le despertó. En el lecho el sudor y la dureza de su miembro le impidieron conciliar el sueño de nuevo. Al día siguiente conoció a la exuberante mujer de rojo en una cafetería, intimaron pronto e hicieron el amor de  forma  idéntica  a  su  sueño.  Esa  misma  noche  volvió  tener  un  sueño  diáfano  y esclarecedor. Esta vez con un mero de lotería: el 3456. Lo buscó impaciente nada más despertar, lo compró y no sin sorpresa ganó unos cuantos millones en el sorteo de la noche. Durmió tras celebrarlo por todo lo alto. Y soñó de nuevo. En el sueño veía la entrada de su propio dúplex. La reconoció al instante. Un desconocido forzaba la puerta, subía las escaleras, con sigilo accedía al dormitorio y ponía una suave almohada sobre su cara. No pudo respirar, ni despertar para comprobar que la pesadilla se cumplía con toda fidelidad de detalles.

Pedro Pujante

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